Dos personas montaron un cuarto de cultivo de cannabis, de grandes dimensiones, bajo tierra. Aprovecharon cuatro contenedores de transporte de mercancías para enterrarlos y montar un sistema de cultivo de altas características en un campo remoto del suroeste de Inglaterra, concretamente en la localidad de Spaxton. Para disimular la entrada a los contenedores la taparon con dos caravanas, que tenían un pequeño acceso en el suelo, a modo de trampilla, para acceder al cultivo de cannabis bajo tierra.