Un cultivador de cannabis, Andrew Williamson, fue sorprendido en dos ocasiones por la policía inglesa con sustancias ilegales. Entre ellas, plantas de cannabis, setas alucinógenas, éxtasis, y material que le delata como traficante. En la última ocasión que la policía entró en su casa tenía marihuana por valor de 2500 libras. Sin embargo, no fue enviado a prisión debido a que achacó el cultivo de cannabis como la única forma de paliar sus dolores contra la artritis que padece.