¿Política de drogas o políticos con drogas?
La relación entre política y drogas es larga, compleja y contradictoria. Al son de los distintos intereses económicos, de la turnicidad política y de coyunturas históricas dispares, las políticas de prevención de adicciones, reducción de riesgos y el panorama legislativo respecto a la regularización, despenalización y legalización de las diferentes sustancias que se consideran drogas, ha ido cambiando y continúa en constante evolución.
Muchos son los políticos que han alzado su voz para dar visibilidad al consumo de drogas, no encuadrarlo dentro de la marginalidad y normalizarlo con el fin de poder establecer un marco de actuación adecuado. Desde el caso ya paradigmático de Uruguay, con Mujica a la cabeza, pasando por el dinámico panorama regularizador de los distintos usos del cannabis en Estados Unidos, no faltan ejemplos para ilustrar esta inquietud.
Desde el blog de Buddha Seeds queremos ahondar en esta relación entre política y droga con la finalidad de revelar la hipocresía con la que se aborda su consumo por parte de incontables representantes públicos, y en ningún caso con la intención de juzgar su privacidad y el uso que cada cual haga de su libertad.
Tráfico de drogas y cargos públicos
Empezaremos por España, un país en el que el cannabis no es legal pero en el que muchos de sus políticos han sido noticia por sus actividades en relación a diferentes sustancias. El Partido Popular encabeza el número de episodios turbios en torno al consumo y tráfico de drogas a cuya regulación se opone frontalmente.
Estrenamos el mapa español con una sonada detención que protagonizó el senador del PP Enrique Bollín en 1989, cuando fue sorprendido con cocaína en Gibraltar y en compañía de varios menores.
La cocaína fue también la cruz del que fuera concejal del PP en el Ayuntamiento de Palma, Rodrigo de Santos, que atribuyó a su adicción a esta sustancia los delitos de malversación de fondos públicos por los que fue encarcelado.
En 2010, la ex concejala del PP en Oviedo, Cristina Hernández, fue procesada por tráfico de droga. La Policía encontró en posesión de Hernández 10,31 gramos de hachís y una nota en el bolso que decía: «hay un colega que necesita 25 Kg de polen cada 10 días o así, con el dinero por delante», según reveló el juez instructor.
Corría el año 2011 cuando se produjo el ingreso en prisión del que fuera presidente del PP en Los Cortijos, Gustavo Hernandez. El ciudadrealeño fue encarcelado en Herrera de La Mancha después de ser detenido cuando recogió supuestamente un paquete con 1.300 gramos de cocaína en la Oficina de Correos de Puertollano. La ex presidenta ‘popular’ en Castilla-La Mancha, Maria de los Dolores de Cospedal, lo expulsó del partido”.
Dos años después, dos concejales del PP de Campazas y Gusendos de los Oteros (León) fueron detenidos como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas. Se les intervino un kilo de marihuana y tras este episodio el Partido Popular de Castilla y León pidió la devolución de sus actas en ambos consistorios.
En el caso de Campazas, la concejala defendió que el cannabis era para consumo propio, aunque el PSOE le preguntó sobre la utilidad de la báscula, que también le incautaron.
Este verano otro edil del PP de Cedillo, Ernesto Juan Cotrina, fue detenido por poseer dos plantas de marihuana y por presunta elaboración de drogas. El Partido Popular lo ha suspendido cautelarmente de militancia porque “ejemplifica una conducta absolutamente inapropiada para un cargo público”.
En La Carolina dimitió antes de acabar 2014 el ya ex concejal Cristóbal Pérez Martínez (PP) que reclamó dinero a la empresa Fitonovo para financiar un viaje a Detroit con su esposa enferma a cambio de un contrato, según la jueza Mercedes Alaya que llevó la instrucción del caso. Cristóbal Pérez Martínez viajó a Detroit con su mujer con un coste para Fitonovo de 2.929,62 euros, a partir de datos incorporados al sumario. No obstante, fuentes de esta entidad aseguraron que no todo el dinero iba destinado al tratamiento de la enfermedad de su mujer, e insinuaron que el ex edil tenía problemas de adicción a la “prostitución” y la “cocaína”, según el sumario.
Hace pocos meses, la cocaína volvió a salpicar al Partido Popular, esta vez de Nules (Castellón). La revista l’Accent difundió vía Twitter una fotografía en la que el concejal del PP de esa localidad supuestamente preparaba rayas de cocaína con una tarjeta de crédito sobre un papel con una sustancia blanca. José Vicente Adsuara presentó su dimisión debido al impacto que tuvo la imagen en las redes sociales.
Los casos más destacados en Sudamérica
En Latinoamérica son numerosos los sucesos que relacionan a cargos políticos con tráfico de drogas. No podemos contarlos todos pero vamos a recoger algunos de los capítulos más sonados.
El ex presidente de Bolivia, Juan Pereda Asbún, fue detenido en el año 2010 por posesión de cocaína. Asimismo fue acusado de incurrir en presuntos actos obscenos y por acosar a menores de edad mientras estaba bajo efectos de drogas, pero después se le retiró esa acusación. Asbún fue presidente del gobierno durante cuatro meses en 1978.
Un año después en Formosa (Argentina) se produjo la detención de un sobrino de la concejala oficialista de la capital provincial Blanca Denis cuando circulaba en una camioneta todo terreno propiedad de Denis y acompañado por dos supuestos asesores de la edil con más de dos kilos de cocaína en su poder.
Extorsiones, presiones y chantajes
Las amenazas y presiones en este tipo de asuntos son bastante frecuentes. Según la protagonista del siguiente episodio, la injuria motivó el escándalo que sacudió en 2009 a la política chaqueña. Tal como informó la Policía, se intervinieron 60 gramos de cocaína de máxima pureza del vehículo de la diputada nacional kirchnerista Gladys Soto. La dirigente argentina dijo, sin embargo, que fue víctima de una conjura política.
Como forma de abordar el consumo de drogas como hábito instalado en nuestra sociedad, Emilio Olabarría (PNV) afirmó en una Comisión de Interior que podía dar una lista de ministros, jueces y altos funcionarios consumidores de drogas.
En 2011 el popular Salvador Ávila (entonces concejal de Medio Ambiente, Turismo y Fiestas de Puçol, en Valencia) admitió que tenía tres plantas de marihuana en su domicilio pero dijo que eran para un amigo que estaba de mudanza. Sus compañeros de gobierno apuntaron a una posible venganza por parte de un antiguo miembro descontento del Partido Popular.
Un año más tarde tuvo lugar en Brasil un escándalo de mayores proporciones cuya razón de ser hay que buscarla en el chantaje. Una candidata a concejala en la ciudad amazónica de Itacoatiara fue arrestada cuando ofrecía a los electores cocaína a cambio de votos en las elecciones municipales brasileñas. La mujer era candidata del Partido Democrático Laborista (PDT).
Fue a finales del 2013 cuando trascendió el contenido de unas grabaciones muy polémicas que implicaba al ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi y al presidente de Panamá, Ricardo Martinelli. En las supuestas grabaciones podría verse al panameño consumiendo cocaína y a ambos políticos acompañados de prostitutas.
El ex director del diario L’Avanti, Walter Lavitola, sería el autor de estos vídeos. Lavitola fue arrestado por corrupción e intento de extorsión hacia la constructora italiana Impregilo, para que se adjudicara la realización de un hospital y una línea del metro en Panamá.
En el verano del 2013 un policía municipal de Sant Cebrià de Vallalta (Maresme) detectó una supuesta plantación de marihuana en terrenos de la alcaldesa, Antonia Benítez. Lo curioso del caso es que al parecer la plantación fue desmantelada poco antes de la inspección de los Mossos. Por ello, el juzgado de Arenys de Mar imputó a la concejal de Gobernación del Ayuntamiento y a un funcionario local por revelación de secretos oficiales. La alcaldesa, que compartía dos años de alcaldía con el PSC, dice que la denuncia fue un montaje para desprestigiar a su equipo. Fueron incautadas 500 plantas y detenido un traficante.
Ese mismo verano saltaba a la luz en Reino Unido una noticia muy jugosa en este peligroso terreno de la información reservada y cuyo método de obtención quedaría circunscrito al no siempre lícito periodismo de investigación. Varios periodistas del sensacionalista The Sun se colaron en los aseos privados de los diputados de la Cámara de los Comunes británica. Los resultados de esta incursión pusieron de manifiesto que en nueve de los baños se había consumido cocaína recientemente.
Algo similar ocurrió en Italia, cuando en 2006 se suspendió de la parrilla el programa de televisión ‘Le Iene’ poco antes de que fueran a emitirse pruebas secretas realizadas entre los diputados italianos en las que se probaba que dos de cada tres había consumido estupefacientes y uno de cada cuatro lo había hecho en el día y medio previo al test. El canal se negó a dar los nombres de los políticos ‘comprometidos’. Las sustancias más presentes en las pruebas fueron la cocaína y la marihuana.
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Fuente: Hemeroteca
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